lunes, 27 de julio de 2009

03. ÁREA de teología dogmática: Cristología y soteriología

1. Títulos cristológicos: Hijo de Dios, Redentor, Revelador, Siervo, Sumo Sacerdote, Profeta y Rey.
Trasfondo. Hijo de Dios, se usa en el Antiguo Testamento para los judíos (Ex.4:22; Os.11:1) para el rey (2S.7:14, Sal2:7), para los ángeles (Job1). La idea es de elección para participar en la obra divina.

La expresión hijo de Dios es una designación con la que Jesús se describe así mismo en los evangelios. Entre los judíos “hijo de…” significaba de la misma naturaleza de alguien. Por esa razón cuando en el contexto de Juan 5:17-18 Jesús llama a Dios Padre, los judíos buscan darle muerte. Le explican que la razón es por que “siendo hombre te haces Dios”. La idea de subordinación, que es la forma en que usualmente se mal interpreta hoy esta expresión, es lo opuesto a su significado en la mente de los judíos. Usado por Satanás en la tentación (Mt.4), esta expresión hace más insidiosa la tentación. Dios llama a Jesucristo su hijo en dos ocasiones climáticas: su bautismo (Mt3:17); en la transfiguración (Mt.17:5); y en la cruz la soldadesca romana lo reconoce tal (Mt27:54)

Trasfondo. Redimir implica el pago de un rescate, hay un redentor y alguien que es objeto de la redención. El acto es liberador e incluye sacar a alguien de un estado de indeseable. El redentor puede ser un hombre, como en el caso de la obligación familiar. El sentido no teológico es el pariente especial que redime por el matrimonio (Rt.3:13), rescatando al pariente de la esclavitud (Lv.25:48), al reclamar un campo vendido por necesidad (Lv. 25:26). Pero también se aplica a Dios. En el sentido teológico, Dios en el Antiguo Testamento redime al pueblo de Israel de Egipto (Ex.6:6; Ex.15:13; Sal.74:2; 78:35; 106:10). El término hebreo para redentor es goel.

En el Nuevo Testamento, es Jesús el redentor, el que paga el precio en el mercado de los esclavos y redime al ser humano. Jesús vino a dar su vida en rescate por muchos (Mr.10:45). Es la figura liberadora que utiliza Pablo (Ef.1:7;Gá.3:13, Col.1:14; Tit.2:14; Ap.5:9).

Trasfondo. Revelador. Es posible empezar la explicación de cada libro del NT con la frase “presenta a Jesucristo quien revela”… Pero, el término logos, quizá goce de más especificidad para hablar de Jesús como revelación. Los griegos lo traducían como razón o palabra, se ha tomado desde Filón y Tertuliano como el origen del vocablo en el evangelio de Juan, con la idea de fuerza, ley, razón, que conduce al mundo entero y sus creaturas (logos spermatikon). Así, la idea de una revelación de Dios en Jesucristo se deriva de este concepto.

Ha caído en desuso buscar el fondo del los términos e ideas bíblicas en el helenismo. Es preferible encontrar su significado en el mundo judío. El termino memra (palabra) se refiere en el judaísmo rabínico a Yahweh que vive, habla, actúa. Viene a ser sinónimo de Yahweh mismo. En la Biblia, la palabra es acto creador que se origina en Dios (Gn.1:3; Sal.32:9), a tal punto que la palabra misma parece tener acción (Is.55:11; Za.5:1-4; Sal.106:20;147:15). En el evangelio de Juan el significado del término es la palabra de Dios y en esto se alinea con el significado del término en el Judaísmo. Jesús como sabiduría de Dios y fuerza de Dios (1Co.1:24), es la revelación climática del padre, quien antes “ha hablado muchas veces y de muchas maneras,…hoy nos ha hablado por el hijo”, la revelación del Padre por excelencia (He.1:1-4).

Trasfondo. El término siervo se aplica a los hombres que aman a Dios. Pero tiene unos usos especiales como cuando se aplica a los ángeles (He.1:14), a Israel (Is.41:8; 43:10; 44:1,21; 48:20;49:3;), al rey de Israel (1R.12:7; 2S.7:20) y al siervo sufriente (el mesías, Is.52:13;53:1-12).

Cristológicamente, Jesús se define así mismo como quien no vino a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos (Mr.10:45). El servicio es la esencia del pasaje cristológico que le describe como doulos y cuya humildad es ejemplar para la Iglesia (Fil. 2:5-11; cp. 1P.2:21-25). El ejemplo histórico de Juan 13, con la toalla y el lebrillo, adquiere horas después su climax teológico en la Cruz, cuando muere Jesús también como siervo.

Trasfondo. El concepto de sumo sacerdote tiene como su trasfondo el sistema sacrificial del Antiguo Testamento. Había en el Antiguo Testamento un sumo sacerdote encargado de presidir sobre los sacrificios (Ex.29:1-17;Lv.8:1-36). El sacrificio consistía en que el sumo sacerdote colocaba las manos sobre la cabeza del animal (Ex.29:10,15,19), y al identificarse con los dolores de muerte del animal comprendían la gravedad del pecado.

Hebreos previene a los creyentes de volver al judaísmo sobre la base de que Jesús ha presentado en un solo sacrificio la ofrenda final por el pecado de la humanidad. A el le llama el gran sumo sacerdote (4:14-5:10). Es un sacerdote de orden superior (He.7), mediador de un pacto nuevo (He.8) y autor de un sacrificio que no se repite jamás (He.9:23-10:25).

Trasfondo. La institución del profetismo surge al final del periodo de los jueces. Samuel el es ultimo de los jueces y el primero de los profetas. El termino “nabi”, se refiere a un vidente o proclamador. El vocablo describe al hombre de Dios que habla la palabra de Dios al pueblo de Dios. Los profetas llamaron al pueblo al arrepentimiento con base en la ley de Moisés, presentando la realidad humana como Dios la ve.

La proclama de Jesús se inserta en el modelo profético. El, como los profetas, denunció la falta de sinceridad con Dios (Os.6:6), cuyo ejemplo vemos en Mt.12:7, citando a Oseas 6, así como en Mt.23. También denuncia Jesús lo que empobrece al hombre. Advierte contra la avaricia (Lc.12:13-21), contra la presión a los deudores (Mt.18:23-35) y contra el materialismo del joven rico como obstáculo a la relación con Dios (Mt.19:21.24). Finalmente, anuncia la transformación de la nación, enseña a orar “venga tu reino y hágase tu voluntad como en el cielo así también en la tierra”. Habla de un profeta mas grande que Jonás esta aquí (Mt.12:41), si Jonás logro un avivamiento ninivita con implicaciones institucionales (Lc.11:30), cuanto mas hará el profeta mayor que Jonás (Lc.11:32). Con razón los contemporáneos de Jesús decían que el era Juan el Bautista, Elias o uno de los profetas (Mt.16:14).

Trasfondo. El reino de Dios no es solo territorial como el de los reyes humanos, es su prerrogativa, su autoridad inigualable de gobernar de manera universal y eterna todas las cosas. La monarquía hebrea nace del rechazo de Dios como rey. Jehová advierte que los reyes humanos abusaran del pueblo y que el glamur del poder tiene como costo el abuso del monarca (Dt.17:14-20; 1 S.8:10-18). Por eso, los hombres de fe reconocen que Dios reina y que su reino no tiene fin (Sal.22:28; 93:1;103:9). Parte de la crisis y fracaso de Israel es el mal ejemplo de la monarquía al pueblo, que cierra el A. T. con una nación mermada, volviendo derrotada del exilio (2.Cr.36:22-23). Queda en el horizonte profético un rey que devolverá a Israel su correcta relación con Dios (Is.11:1-5;9:1-7).

Jesús se presenta con un mensaje distintivo “arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mt.4:17). Jesús explico al señor de lo superfluo, Pilato, que anterior y superior al reino terrenal estaba su reino “que no se origina en este mundo” (Prep. Gr. ek). Su autoridad viene de arriba. Por eso el puede decir, “toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mt.28:18). Su reino consiste en “justicia paz y gozo en el Espíritu Santo” (Ro.14:17) y Cristo “nos ha librado de la potestad de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado hijo” (Col.1:13). Este fue ya el anuncio apostólico que inició con la proclamación del día de pentecostés (Hch.2:32-36).


2. El misterio de la encarnación y unión hipostática
Lutero dice que en Jesucristo, Dios se revela pero su revelación viene cubierta con el velo de su carne. Es decir, se revela en misterio. La naturaleza humana, si bien es un vehículo adecuado para comunicar a los hombres cómo es que Dios tomó sobre si humanidad, la encarnación no deja que se trasluzca la esencia de Dios. Pablo lo describe como: “Dios envió a su hijo en semejanza de carne de pecado”(Ro.8:3). A este misterio el NT lo resume como “y aquel verbo fue hecho carne” (Jn1:14). “Lo que era desde el principio… eso os anunciamos” (1Jn.1:1), “la vida eterna que estaba con el padre y se nos manifestó” (1Jn.1:3). A José el ángel le dice: “lo que en ella es engendrado del Espíritu Santo es” (Mt.1:20), pues “se hallo que [María] había concebido del Espíritu Santo” (Mt.1:18). Pablo dice que Jesús “se despojó así mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Flp.2:7).

Otro aspecto misterioso de la encarnación es la unión de las dos naturalezas en Cristo, la naturaleza humana y la divina. Las dos naturalezas se unen, sin mezclarse, sin confundirse, sin separarse y sin trasladar las propiedades de una naturaleza a la otra. La formulación de esta postura pasó por mucha controversia en la que se negaba la deidad, o se menoscababa la humanidad o simplemente se separaban las naturalezas. Se aceptó formalmente en el Concilio de Calcedonia en 451 d. C.

El término unión hipostática significa unir dos sustancias, o realidades. Esto sucede al momento de la concepción del señor Jesucristo. El profesor Fco. Lacueva, solía decir que es como si a la humanidad del señor se le hubiese confeccionado el traje de la divinidad, pero en vez de hacérselo en el taller y luego proveérselo (adopcionismo), es como si se le hubiese hecho puesto. Eso mantiene a las dos naturalezas unidas, sin mezcla, sin confundirlas ni separarlas.


3. Herejías cristológicas
Docetistas: Creen que Jesús es una apariencia y esto niega la realidad de su carne subrayando la realidad de su divinidad. Juan condena esta idea en su primera carta.

Ebionitas: una secta con el nombre “pobres”, en la iglesia primitiva negaba la concepción virginal y la deidad de Cristo, haciendo de Jesús un profeta humano

Arrianismo: Enseñanza de Arrio, presbítero de Alejandría, que negaba la eternidad de Cristo, afirmando que había sido creado por el Padre. Esta enseñanza fue condenada por el concilio de Nicea en 325.

Nestorianos: Enseñanza de Nestorio (451) que reconocía las dos naturalezas, divina y humana, de Cristo, pero negaba la unión de ambas lo cual resultaba en que Cristo era dos personas. Condenado en el Concilio de Efeso en 431.

Eutiquianos: Enseñanza de Eutico (378-454), según la cual Cristo tenia una sola naturaleza, que no era ni totalmente humana ni totalmente divina. Fue condenado en el Concilio de Calcedonia en 451. Su enseñanza siguió en la Iglesia cóptica (Egipto).

Apolinaristas: Alrededor de 310, enseñó la deidad de Cristo, pero negó la humanidad de Cristo, indicando que Jesús tenía un cuerpo y alma humanos pero un espíritu divino. Fue condenado en el Concilio de Constantinopla en 481.
4. Universalidad y mediación salvífica

El NT indica universalidad salvadora diciendo que “Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo” (2Co.5:21). También dice que Dios se propone “reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielo, como las que están en la tierra” (Ef.1:10), conocido como la “anakefaloiosis” al colocar por cabeza de todas las cosas, a Cristo (Ef.1:20-23). Cristo dice Juan, “es la propiciación por nuestros pecados, pero no solo por los nuestros sino por los de todo el mundo” (1Jn.2:2 cp.Jn.3:16).

La universalidad del propósito salvador de Dios se encuentra también con otra verdad igualmente universal, la del pecado humano: “el pecado entro… por un hombre… y la muerte paso a todos los hombres” (Ro.5:12). Romanos insiste en los primero tres capítulos en condenar a todos los hombres por su impostura teológica de hacer de las creaturas dioses (cap. 1), por eso tanto judíos como gentiles se hallan bajo el dominio del pecado y necesitan de la potencia salvadora del evangelio (cap. 2). Ni siquiera la ley que se practica sin espíritu o sin amor (tu que hurtas, adulteras, cometes sacrilegio y abominas a Dios), enfocada en lo ritual, puede hacer diferencia en este punto (2:17-3:31).

Jesús es quien reorienta la ira de Dios trayéndola sobre si, haciendo al hombre redimible, tornando la enemistad en amistad (Ro.5:10, reconciliación). Quitando la ley que acusaba al hombre (Col.2:14, perdón). Comprándonos del mercado de la esclavitud al pecado “mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Ro.3.24 cp.1P.1:18-19, redención). Declarando justo al que cree en Jesús (Ro.5:12-21, justificación). A la suma de todos los beneficios que la vida y muerte de Jesús obtienen a favor del hombre se le llama salvación. Es una obra mediatoria, realizada ante Dios, por Jesús, haciendo lo que los seres humanos de ninguna otra manera podríamos hacer.


5. Modelos de salvación: Reformados, Arminiano Wesleyanos
La discusión en torno a la salvación según el modelo Arminiano y Reformado gira en torno a lo que se conoce como el ordo salutis u orden de la salvación. Es decir, si la decisión de salvar a los hombres es anterior a la decisión de crearlos o posterior a ella.

En el calvinismo estricto el orden de los decretos es 1. Elección, 2. Creación. 3. Permitir la caída. A esta postura se le llama supralapsarianismo o hipercalvinismo, por estar el decreto de elegir “supra” o anterior al de la creación y caída. Dios destina a los hombres al cielo o al infierno por un decreto anterior al de la existencia de la raza humana. Esto contradice un texto como en el que Pablo (un elegido) se declara entre “los que en otro tiempo tiempo eramos por naturaleza hijos de desobediencia” (Ef.2:3).

Entre los infralapsarianistas el orden de los decretos es 1. Crear, 2. Permitir la caída, 3 elegir o salvar al hombre. En otras palabras, Dios castiga con el cielo o con el infierno después de haber creado a la raza humana. Si entre los supralapsarianistas la reprobación es positiva y un acto resuelto de Dios en virtud de la elección, en el infralapsarianismo la reprobación es negativa, es decir es un acto permisivo en virtud de la falta de fe en el hombre.

En el arminianismo el pecado no se imputa al hombre como rebelión sino como enfermedad, por tanto, el ser humano no esta condenado. El hombre esta habilitado por el libre albedrio, suficientemente sano, para alcanzar por ese medio la salvación. La elección divina no toma en cuenta el estado de rebelión sino la presciencia divina sabiendo Dios de antemano quienes han de creer.

El elemento wesleyano viene a subrayar que si bien el hombre es depravado, en virtud de la redención universal llevada a cabo por Jesucristo, la salvación ha sido acercada a todos los hombres. Dios tiene una voluntad antecedente de salvación según la cual el quiere que todos los hombres sean salvos.

Arminianismo Es un sistema doctrinal que toca la doctrina delhombre y de la salvación, cuyo nombre deriva del teólogo reformado holandés Jacobo Arminio (1560-1609). El sistema arminiano insiste en que la soberanía divina es compatible con un verdadero libre albedrío del hombre. El arminianismo tiene cinco proposiciones principales:
1) Dios elige o reprueba sobre la base de su conocimiento anticipado (presciencia) de fe o incredulidad en cada hombre;
2) Cristo murió por todos los hombres, y no sólo por los elegidos, aunque solamente estos últimos se salven;
3) el hombre es tan depravado que la gracia divina es imprescindible para la fe o cualquier obra buena;
4) esta gracia divina puede ser resistida por el hombre; y
5) hasta qué punto todos los que han sido verdaderamente regenerados perseverarán hasta el fin es un asunto que requiere más investigación. (Compare con el Calvinismo)

Calvinismo Es un sistema de interpretación cristiana concerniente a la salvación formulado por el teólogo protestante Juan Calvino (1509-1564). Subraya la predestinación y la salvación. Los cinco puntos característicos del calvinismo fueron desarrollados en respuesta a la doctrina de Arminio (véase Arminianismo en la pág. anterior). El calvinismo enseña:
1) La depravación total: el hombre está afectado por el pecado en todo su ser, cuerpo, alma, mente y emociones;
2) La elección incondicional: El favor de Dios hacia el hombre se debe por completo a la libre elección divina y nada tiene que ver con nada que el hombre haga. Es completamente inmerecido y no se basa en nada bueno que Dios vea en el hombre ;
3) La expiación limitada: Cristo no llevó los pecados de cada hombre que jamás haya vivido, sino sólo los de aquellos que fueron elegidos para salvación (Juan 10:11,15);
4) La gracia irresistible : El llamado que Dios hace a alguien para su salvación no puede ser resistido;
5) La perseverancia de los santos: No es posible que alguien salvado una vez pierda su salvación. Los cinco puntos pueden recordarse con más facilidad por el crónimo TILIP (depravación Total, elección Incondicional, expiación Limitada, gracia Irresistible, Perseverancia de los santos)


6. La humillación y glorificación de Jesús: la resurrección.
En vida Jesús se privó del uso de algunos de sus atributos. Por eso el pudo decir en buena fe que la hora y el día de la venida del hijo del hombre, solo al padre le era dable saber (Mt.24:36). Marcos agrega “ni el hijo” (Mr.13:32). Humillación que es descrita también como “Dios envió a su hijo en semejanza de carne de pecado” (Ro.8:3). Pablo dice que Jesús “se despojó así mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Flp.2:7).

La humillación de Jesús incluye dejar su gloria temporalmente: “la hora ha llegado, glorifica a tu hijo…” (Jn17:1). Es parte de su degradación abandonar voluntariamente el uso de sus atributos y someterse al terrible sufrimiento de la muerte de cruz. A esto se le ha llamado la teoría kenotica o del despojamiento. Todo este estadio que incluye la vida terrenal de Jesús es el estadio de su humillación. Debido a esto, es posible decir que los sufrimientos de Jesús no se extienden solamente a su muerte, ergo, no somos salvos sólo por la muerte de Jesús sino también por los sufrimientos de su vida (1P.2:7, cp. Lot con la vida santa de Jesús).

El estadio de su humillación termina con su gloriosa resurrección. Antes de morir la oración de Jesús fue “padre glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” (Jn.17:5). Tras su resurrección Dios le llena de toda honra y gloria, sometiendo tronos, principados y potestades, sentándolo a la diestra de la majestad de Dios (Ef.1:20-23). Es curioso que luego agrega que a los creyentes también nos dio vida juntamente con el y nos hizo sentar juntamente con el (Ef.2:5-6). Jesús comparte, en cierto modo, su posición exaltada con los creyentes.

El pasaje de exaltación cristológica por excelencia es Filipenses 2:9-11. Describe precisamente la condición de Jesús resucitado: 1. Exaltado hasta lo sumo 2. Tiene un nombre que es sobre todo nombre 3. En el nombre de Jesús se dobla toda rodilla 4. Toda lengua confiesa que Jesucristo es el señor.

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